Para los artistas del buen vivir, Francia es insuperable. Y para los franceses aficionados a la buena vida hay una perla impecable en la exquisitez francesa: La pródiga Borgoña. La belleza de Borgoña es incomparable. Smith Thomas (19969)pp.
El atractivo de Borgoña no estriba sólo en sus idílicos paisajes de bosques, ríos, arroyo y verdes valles de horizontes siempre cambiantes.
Tampoco es solamente en sus seductores hosterías rurales ni en esa especial atmósfera de intemporalidad que subyuga al viajero. Su triple encanto se goza fundamentalmente en su comida, en sus vinos que sirve de noble marco para saborearlos.
Borgoña tiene una extensión de 32,000 km2, y de uno a otro confín ofrece una gran copia de manjares que hacen agua a la boca.
No es extraño que en tal región hayan favorecido en todas las épocas los grandes apetitos. Alejandro Duman (1997) pp.
En los días de paz, durante los reinados de los cuatro poderosos duques borgoñones, que gobernaron de 1364 a 1477 la entonces independiente Borgoña, hubo banquetes que durante siete días, en el curso de los cuales se sirvieron cientos de platos diferentes.
Los vinos Borgoñones no sólo son codiciados y famosos, si no que son los mejores del mundo, según los escritores franceses durante los últimos 500 años.
Bibliografía:
- Smith Thomas (1996). La belleza de Borgoña es incomparable: (1993). Francia: Paris. Pág (6-13)
- Alejandro Duman (1997). Selecciones del Readers Digest (Diciembre de 1972). Pág 108-109
- http / www.larepública.pe/15-09-2011/Borgoña.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario